miércoles, 15 de julio de 2009

alcohol y conducción

Introducción: Esta charla va destinada a menores de entre 16 y 18 años para que tomen conciencia de los problemas por conducir bajo los efectos del alcohol en su organismo. Jóvenes conductores Los jóvenes conductores de 15 a 24 años pagan un precio altísimo en los accidentes de circulación. Ello obedece a la combinación de varios factores desfavorables: una experiencia de conducción insuficiente, una afición al riesgo más acusada o una actitud menos respetuosa para con las normas de circulación. Otros factores (cansancio, conducción nocturna, uso de sustancias psicotrópicas, comportamientos en grupo) han contribuido a que los accidentes de tráfico de noche de fin de semana, se hayan convertido en la primera causa de mortalidad juvenil. Tal vez de entre todos los factores que inciden en mayor medida sobre la accidentalidad de los jóvenes, esté la falta de experiencia en la conducción. Los jóvenes por regla general, aunque es algo que habría que aplicar al conjunto de los conductores, no ven la actividad de conducir como peligrosa, a la vez que confían en exceso en su capacidad para controlar el vehículo en cualquier situación, por lo que arriesgan mucho más. En el caso de los jóvenes tiene gran importancia la accidentalidad asociada al uso de ciclomotores y motocicletas, y ello debido en gran parte al incumplimiento de las normas de seguridad fundamentales entre otras el uso del casco. A este respecto las investigaciones demuestran que el uso del casco de protección por parte de los usuarios de vehículos de motor de dos ruedas reduce a la mitad el riesgo de traumatismo craneal mortal o grave. En el caso de los conductores de vehículos de motocicletas, el llevar ropa visible y adecuada, y a ser posible con elementos reflectantes, circular siempre con el casco y la luz de cruce encendida, así como señalizar sus maniobras con la debida antelación, son algunas medidas que pueden contribuir de forma eficaz y directa a su seguridad. Otro colectivo afectado por un grado alto de siniestralidad, son los ciclistas. Jóvenes y conducción: ¿víctimas o culpables? Los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte en jóvenes de entre 18 y 24 años y una de cada cuatro víctimas en accidente de tráfico registrado en España es menor de 25 años. Las infracciones más frecuentes cometidas por los jóvenes son el exceso de velocidad y saltarse un semáforo en rojo. Además, un 33% de los jóvenes ha sufrido algún accidente de tráfico, mayoritariamente en desplazamientos al trabajo, de día y durante la semana. Y entre las causas de los accidentes: los jóvenes las atribuyen a las distracciones, la velocidad excesiva, las condiciones de la vía, a saltarse un semáforo o stop y al alcohol. (Con relación a esto se da la charla expuesta mas abajo) Así, a través de este estudio también se ha podido extraer el perfil del joven infractor: es un varón de unos 24-25 años, que usa frecuentemente el vehículo, que es de su propiedad y que ha conducido antes de tener el carné de conducir. Otro de los datos que señala el informe es que el 10% de los vehículos que conducen estos jóvenes han sido modificados en sistemas que pueden afectar a la seguridad: suspensiones, carrocería, neumáticos... La influencia de la familia En este estudio se reflejan que la actitud de los padres ante la conducción y la seguridad vial influye en gran manera en los accidentes de tráfico de los jóvenes, de hecho, los jóvenes multados son frecuentemente hijos de padres sancionados por infracciones de tráfico, mientras que los jóvenes no multados suelen tener padres que cumplen las normas. Efectos del alcohol en la conducción Cerca de un 33% de los accidentes con víctimas mortales en España se deben a los efectos del alcohol en la conducción. El alcohol es por tanto, la causa que más incidencia tiene en la accidentalidad, convirtiéndose de esta forma en una de las lacras más graves de las carreteras. Cada fin de semana mueren en España una media de 20 personas menores de 30 años a lo que hay que añadir otras lesiones, en algunos casos irreversibles, que obligan a una persona a depender de una silla de ruedas para el resto de sus días. Y en todos estos datos el alcohol tiene mucha culpa: en el 37% de los accidentes se detecta un nivel de alcohol superior al permitido. La alcoholemia es el grado de alcohol que se tiene en la sangre y se mide en gramos de alcohol por litro de sangre. Una vez consumida cualquier bebida alcohólica, la absorción del alcohol es bastante rápida, cuando el alcohol llega a la sangre, impregna todo el organismo incluido el cerebro y el conductor empieza a tener problemas. Son muchos los efectos que produce el alcohol en la conducción señalamos algunas de ellas: • Repercusiones en el comportamiento: El conductor suele tener una falsa seguridad en sí mismo e incluso en ocasiones un sentimiento subjetivo de creer que tiene una mejor capacidad para conducir, aumentando la tolerancia al riesgo. También disminuye el sentido de la responsabilidad y la prudencia. • Incremento de las infracciones: Las infracciones a las normas de circulación se producen por un doble motivo, por una parte porque el alcohol hace que se capten mucho peor todas las señales y marcas viales, y por otro porque se tiene un menor sentido de la responsabilidad y de la prudencia. • Alteración en el tiempo de reacción: A partir de 0,5-0,8 gramos por mil, la capacidad de reacción disminuye de forma muy considerable. El nivel de tolerancia al alcohol determina en gran medida el efecto de éste sobre el tiempo de reacción y la estimación del tiempo. El alcohol produce una importante lenificación de las respuestas frente a las estimulaciones sensoriales, llegando a disminuir los reflejos y el tiempo de reacción ante un obstáculo. • Disfunciones en la percepción: Se puede decir que el alcohol puede hacer que se confundan y modifiquen bastante todas las percepciones sensoriales provocando problemas de captación, interpretación y reconocimiento correcto de señales u otros vehículos. El Reglamento General de Circulación establece que no se podrá circular con un vehículo cuando la tasa de alcohol en sangre sea superior a 0,5 gramos por litro, o de alcohol en aire espirado superior a 0,25 miligramos por litro. Pruebas de alcoholemia. Todos los conductores de vehículos están obligados a someterse a las pruebas de alcoholemia. La prueba se realizará mediante la verificación de aire espirado mediante etilómetros oficialmente autorizados y homologados. Si en la prueba practicada al conductor éste alcanzará los límites permitidos de alcohol en sangre o, aún sin alcanzar este límite, el agente observara signos evidentes de encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas, se realizará una segunda prueba para una mayor garantía de los resultados. Entre una y otra prueba deben mediar al menos diez minutos. Si el resultado de las pruebas y de los análisis dieran resultado positivo, se podrá proceder a la inmediata inmovilización del vehículo. También podría inmovilizarse el vehículo en caso de que el conductor se negara a efectuar las pruebas de detección alcohólica. Los gastos de inmovilización, traslado y posible depósito serán por cuenta del conductor.